Anticuario De Siglos - Acanto
Talavera de la Reina 2007
Como dos gotas de agua "Y a tu vera, siempre a la verita tuya, siempre a la verita tuya hasta que de amor me muera. Ayer, hoy, mañana y siempre eternamente a tu vera...", decía la canción. Cuando uno no tiene cerca a los seres queridos y sufre en soledad prefiere evadirse de la realidad. Opta por los momentos de sueños y vigilia y echa la vista atrás para rememorar los tiempos pasados en los que a uno le fue mejor. ¡Qué mejor solución cuando los nubarrones son grises que la de volcarse en los recuerdos de la infancia! Cuando resultaba inocente pasear en verano por las gargantas y acababa con las tensiones de una jornada agotadora. El agua es sinónimo de paz, tranquilidad y cuando está revuelta incluso de desasosiego, por los remolinos que enfadados no dejan que las gotas sigan su curso natural. Apiñadas entre los peñascos rugen, y lo hacen sin parar. Eso es lo que sugiere la obra de Jaime Corregidor, que estos días expone en la galería de arte Acanto. El autor se ha inspirado en la fuerza y en la quietud del agua para sacar adelante una colección de acuarelas que recrean las gargantas y los charcos de Madrigal y Villanueva de la Vera, "porque allí pasé buena parte de mi niñez", señaló el autor. El artista no ha retratado la realidad, hace calcos perfectos. Mima los detalles, es meticuloso y se detiene en rematar cada entresijo de rama, y de hoja, y en diseñar cada gota de agua, por lo que ninguna parece igual. Sus dibujos transportan al espectador al inundo apacible de las gargantas. Una luz intensa hace resaltar el brillo de las hojas de la copa de los árboles, mientras que otras están oscurecidas porque la sombra de los propios troncos les resta iluminación. Lo que más asombroso resulta son los juegos de los reflejos de la caprichosa realidad en el agua. Absolutamente todo resulta copiado en ella. Además, el fondo deja entrever las piedras y guijarros, con lo que se observa a la perfección las dos realidades en unas aguas cristalinas que invitan a mirarlas y admirarlas sin las prisas del reloj. Sin duda no hay mejor antídoto para escapar de los agobios diarios; imaginarse frente a la quietud de unas aguas invitan al análisis interior. Jaime Corregidor asegura que le gusta el realismo y que trata de captar cada momento con su luz "e intento reflejarlo exactamente tal y corno es. No me invento nada, aunque me permito mis licencias". Tanto es así que en sus obras se puede observar cómo el aire mece suavemente las hojas de los árboles o cómo el camino del agua peina la flora cercana a la orilla. Incluso se aprecian las marcas de la marea en las rocas cuando estaba alta. ACUARELAS. "La técnica es
prodigiosa, se fija en el detalle, es un hiperrealismo magistral", decía
uno de los asistentes a la exposición. Corregidor contó que el
inconveniente de la acuarela es que no se puede rectificar "por lo que
tienes que tener una idea muy clara de lo que vas a hacer", dijo. Jaime Corregidor es natural de Caleruela y es la primera vez que expone en Talavera, aunque lo ha hecho en Toledo y en Oropesa. "Me gustaría abrirme un poco más profesionalmente y salir de la zona, pero tengo que machacar más Talavera", aseguró. RAQUEL SOLETO - TALAVERA LA
TRIBUNA DE TALAVERA - Domingo 28 de Octubre de 2007 |